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Conducir en un atasco

¿Quieres saber cómo conducir en un atasco? Aquí algunos trucos y consejos que te resultarán de utilidad en atascos y retenciones

Un atasco no es plato de buen gusto para nadie, pero a todos nos ha tocado alguna vez, e incluso de forma frecuente, encontrarnos en esta situación. Por ello es importante tener en cuenta algunos consejos sobre cómo conducir en un atasco. Las causas de un atasco pueden ser muy diversas, desde obras en la calzada, incorporación de vehículos, corte de un carril, condiciones climatológicas adversas, excesiva densidad de tráfico, etc.

Es interesante conocer que debido al efecto acordeón, por cada kilómetro de cola el último coche tarda en arrancar una media de dos minutos y medio desde que el primero se ha puesto en marcha. Este efecto se origina por el retraso de alrededor de un segundo que tarda de más en arrancar cada conductor. Con este dato es fácil calcular que para unos 25 kilómetros de cola, hará falta casi una hora para que el último vehículo se ponga en marcha.

Si no lo hemos podido evitar, lo mejor es tener en cuenta estos trucos para conducir en un atasco:

 No ponernos nerviosos y aceptar la situación, aplicando el sentido común y tratando de ser lo más racionales posible, ya que el atasco no depende de nosotros.

 En el interior de un túnel encenderemos los intermitentes de emergencia y no abandonaremos el coche en ningún momento, excepto si hay peligro inminente por fuego o si somos requeridos por la megafonía del túnel. Además, apagaremos el motor.

 Si en nuestro vehículo viajan niños, es importante que se mantengan entretenidos, para que molesten lo mínimo al conductor y no se impacienten.

 Si el atasco sucede en época de calor, es recomendable beber agua para mantener un buen nivel de hidratación, lo que además facilitará mantener los nervios templados.

 No cambiar constantemente de carril, ya que de ese modo empeora el tiempo de respuesta y se incrementa el efecto acordeón.

– Respetar al resto de conductores, facilitando su incorporación y haciendo más fluido el efecto cremallera, ya que va en beneficio del resto de conductores.

 Verificar la cantidad de combustible restante y apagar el motor si se prevé que el coche va a estar detenido durante más de dos minutos.

– Cuando el tráfico comience a ser más fluido, no se debe intentar recuperar el tiempo realizando maniobras extrañas o incrementando la velocidad de forma inadecuada.

Cómo evitar atascos

Por otra parte, también es interesante conocer algunos consejos para evitar los atascos:

– Utilizar el transporte público.

– Adquirir un dispositivo GPS capaz de conectarse por Internet y ver el estado de las vías. De este modo, el propio dispositivo puede aconsejar rutas alternativas.

– Informarse previamente de la situación del tráfico y, o bien cambiar el horario de paso o bien buscar, si es posible, opciones diferentes de desplazamiento.

– Si se trata de un atasco por densidad de tráfico habitual, levantarse por la mañana un poco antes para evitarlo.

 Mantenerse tranquilo. Está demostrado que un conductor con una conducta pacífica no suele contagiar al resto, pero en cambio, si a alguien se le ocurre hacer uso del claxon, este se ve rápidamente secundado por un coro que no hace otra cosa más que impacientar a los demás.

En definitiva, controlar el cuerpo y la mente aceptando la situación, tolerando la frustración sin retroalimentarse con frases o pensamientos negativos, y mantenerse distraído con la radio y observando a la gente y el entorno nos ayudará a hacer más llevaderos los atascos que están por venir.

Así pues resumimos:

Distancia de seguridad

Guarde una separación frontal suficiente para frenar sin alcanzar al vehículo que va delante. Es la medida más importante en un embotellamiento: en la distancia está su seguridad.

Para calcularla, tome como referencia un punto fijo en la vía y cuente dos segundos -pronunciando 1101, 1102…- desde que pase el vehículo con el que guardar la distancia hasta que llegue el suyo. Pero si las condiciones meteorológicas son malas o el firme está mojado, prolongue la cuenta hasta los tres o cuatro segundos.

Además, esta separación le dará cierto margen para mantener la distancia con el vehículo que le sigue.

Velocidad

Cuando se aproxime a la retención, adapte su velocidad: deje de acelerar y pise el freno aumentando progresivamente la intensidad sobre el pedal. Así también advertirá a los conductores detrás de usted para que también reduzcan la velocidad. Además, consumirá menos combustible y evitará desgastes prematuros de las piezas del embrague.

Dentro el atasco, use el embrague solo cuando sea necesario –antes de detenerse y para reanudar la marcha– y suelte el pedal con suavidad, evitando ‘tirones’. No conviene mantener el embrague pisado y la marcha engranada: desgastará la mecánica innecesariamente.

Al reanudar la marcha, aunque la congestión parezca desvanecerse, ¡mucho cuidado! En esta situación, nunca acelere bruscamente para recuperar tiempo perdido: el atasco puede reaparecer más adelante. En su lugar, acelere un poco menos que el vehículo que va delante: esto le ayudará a mantener la separación y dosificar las frenadas.

Anticipación

Otro recurso útil en las retenciones. Trate de mantener la vista varios vehículos por delante de usted: podrá anticiparse y reaccionar a tiempo para evitar situaciones de riesgo y detenciones innecesarias. Y, por supuesto, nunca pierda de vista al vehículo inmediato.

Observe también los retrovisores regularmente, para tomar medidas ante un posible alcance (advertir con las luces de frenado, aumentar la separación frontal, buscar escapatorias…).

Y recuerde: los comportamientos agresivos como los cambios bruscos de carril y el abuso del claxon no ayudan avanzar y generan nervios en los demás. En un atasco sea paciente, practique la cortesía y el respeto para llegar seguro a su destino.

Fuente: dgt.es

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